Las cosas y sus nombres, no se entienden a partir de la mera idea que
tenemos de ellas, aunque esta misma idea sea lo que más nos acerca a
conocerlas. Un recuerdo es todo lo que tenemos de ellas.
(Una cosa es algo que puede ser objeto del pensamiento o acción.)
Las cosas se conocen a partir de una convivencia cercana con ellas.
El hacer cosas se vuelve obsoleto cuando todo ya está hecho.
Hay que dejar de hacer y cuestionar, contemplar y entender.
(Hacer: Dar realidad o existencia a algo)
Vivir
en las cosas, actuar a partir de ellas, sean ciudad, sean actitud o
acción, creación o destrucción, lo que quiere el artista, es reconocerse
en las cosas como, su contra parte ausente.
La "No cosa", lo que observa, lo que contempla, lo que no se ve, lo que no se piensa.
Éste
es un intercambio lúdico en el que el espectador, la obra y el artista
convergen en un encuentro casual para intercambiar conocimiento y
vivencias. Un diálogo infinito que no se concluye hasta que alguno de
los tres elementos deja de existir.
Abril 2010
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