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“El
hombre sólo será capaz de conquistar el espacio
después que lo haya impregnado
con su propia sensibilidad”.
Ives Clain
Manifiesto
Hotel Chelsea
En la búsqueda de lo corpóreo, desde el texto De
Amelia Jones “El cuerpo del artista.”
Comenzaron a llegar a mi muchas
ideas, en apariencia absurdas. Proceso después, mi cuerpo sentado frente a la compu,
mis ojos puestos en imágenes y textos, mi cerebro ofertando cada vez más
información, manos mecanografiando ideas.
Caí en cuenta de la gran separación que nos
invade a los visuales cuando de hablar del cuerpo se trata. En algún otro
escrito ya había mencionado el avance
extraordinario de los artistas cuyo vehículo de expresión siempre es el
cuerpo propio. En el caso de nosotros, los visuales trabajamos y vivimos a
través de otros cuerpos y de otras materias. Aunque nuestra naturaleza
nos ofrendara la posibilidad muy rara vez, nuestra presencia es notoria o
parte integral de la obra. Los visuales desarrollamos esta “Cuerpofobia”
que, consta de algunas otras fobias que a continuación se explican.
(suena a justificación y quizá si lo sea)
Escopofobia, Escoptofobia: Miedo a ser visto o ser mirado fijamente.
Gimnofobia: Miedo a la
desnudez.
Grafofobia: Miedo,
angustia de escribir
Hedonofobia: Miedo al
placer.
Sociofobia: Miedo a la
sociedad o la gente en general.
Sofofobia: Miedo a
aprender.
Antropofobia: Miedo a las
personas; a los humanos.
Pese a todas estas limitaciones durante la
segunda mitad del siglo XX, algunos Visuales
comenzaron la exploración de los límites entre su cuerpo y los cuerpos
de otros objetos Con las ya conocidas fracturas daistas
y fluxosas, las cosas venían cambiando
“ El salto al
vacío” tan antigravitacional como es, resultaba imposible de
frenar.
Sólo en el juego, sólo en el arte esas duras
leyes de la física aplicada a los cuerpos se dentro de esta atmósfera se
podían cuestionar.
No hay que olvidar que éstos visuales, son
voceros y testigos de toda una especie que en ese momento se tambaleaba a
punto de la extinción.
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“En la actualidad, estoy particularmente
emocionado por "mal gusto".
Tengo el profundo sentimiento que existe en la
esencia misma del mal gusto de un poder capaz de crear esas cosas situadas
mucho más allá de lo que se denomina tradicionalmente "La obra de
arte." Me gustaría jugar con los
sentimientos humanos, con su "morbilidad" de una manera fría y
feroz. Sólo muy recientemente me he convertido
en una especie de sepulturero del arte (por extraño que parezca, estoy usando
los términos mismos de mis enemigos)”.[1]
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Nos dice Amelia Jones “El cuerpo del artista se representa de una
forma tan visceral que la dimensión social de la producción artística humana,
que se hallaba sometida a la represión desde la desaparición de las vanguardias
históricas de las décadas de 1910, 1920 y 1930, aflora de nuevo.”
De pronto
estos cuerpos nos invadieron
a diestra y
siniestra.
De pronto la confrontación del
tapado,
De pronto la confrontación del
pasado, confrontación de cuerpos acostumbrados hechos para el divorcio de
la mente y el espíritu, invadidos por el rigor maltrechas conciencias de
terlenca y satén.
Cuerpos encorvados,
avergonzados
Zombies de vergüenza, de guerra,
ultraje,
rechazo y sabe que otras inmundicias.
De pronto, y de frente, muy de
frente para botar y votar en contra de la “Cuerpofobia”
Cuerpos, cuerpos y
muchos más cuerpos, desnudos, sudorosos, hediondos; para volver a
enterarnos que, carne, huesos, viseras y excremento son
nuestro componente físico principal. Todo guardado bajo
los mil candados y las llaves,
¡Esas malditas llaves de Freud.!!!
Obvio, esta bomba tenía que
estallar.
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