Hablar de la educación artística, desde que estudié en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP) ahora FAD,
me había resultado interesante. Creía en ese entonces, que por haber
estudiado artes, tenía la capacidad y el derechos para ejercer mi
crítica.
Claro que hablaba desde mi propia trinchera protegida por el anonimato que mi calidad de estudiante me brindaba.
Elegí Artes Visuales, sin saber exactamente cual era la labor del Artista, nunca había estado contacto con este mundo.
Cuatro académicos
años más tarde; más tres de “hacerme rosca” y oscilar entre las
borracheras, las chambas, los amores, aunado al malvender mi pensamiento
y cambiarlo solo por monedas, todo como parte de este mismo proceso.
Comencé así, a concebir cual era mi trabajo como artista.
Después, al enfrentarme a este mismo proceso de crítica desde un punto de vista profesional, ya que hace 15 años que entré a la ENAP,
y 10 en que salí de ella; en estos años me he enfrentado al quehacer
artístico y laboral, en el sentido de ganarme la vida a través de lo que
aprendí en la escuela para ser Artista Visual. Me he dado cuenta del
tiempo que he invertido en este proceso.
Obvió que, por la naturaleza y temporalización de mi profesión, gran parte de estos 10 años los he dedicado a la contemplación y a la autocontemplación, todavía no entiendo porque los artistas tenemos chance de hacer esto y en otras profesiones no pero, así es.
Mirando el reloj correr hacia la izquierda y no por preferencias políticas, sino por contemplar y deconstruir
este proceso para entenderlo, me percato de que la mitad de mi vida la
he pasado dentro de alguna institución educativa, en algunos momentos
recibiendo educación y, en algunos otros, aprendiendo a generar mi
propio conocimiento.
Ahora soy maestra y me toca estar en otro
punto de la problemática; Dejé de estar, donde sólo me corresponde
quejarme; ahora estoy en otro lado, en el que se pueden hacer cosas,
para cambiar las cosas, que según yo, desde que estudiaba y me quejaba
estaban mal.
De hecho, ya, no creo que estén mal; ahora lo veo como una gran
posibilidad de transformación. Algunas cosas se retoman y se transforman
a partir de la intervención del artista, donde aplica todo un sistema
complejo de vivencias, a partir de su interpretación de algún fenómeno,
para objetivarlo y potencialmente transformarlo en obra. En este caso
la obra se desarrolla día a día y es el resultado de la observación
cotidiana, de un entorno y delos fenómenos que en ella suceden.
Creo sinceramente que será complejo llevar esta obra a un final establecido.
¿Pero, cuál obra no lo es?
Porque todo esto es y ha sido sólo un ACTO DE FE.
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