Si los mexicanos no nos echáramos solo tierra.
Creo que el ser mexicano, implica cosas mas allá que solo las malas famas que corren y recorren el mundo, corro el riesgo de sonar nacionalista mal plan, pero tenemos en nuestro haber cultural cuestiones que están mas allá del solo ser fiesteros , albureros, y malinches consumidores de fayuca.
¿Cuales son esas virtudes? Esa es una cuestión que le corresponde a cada quien descubrir, después de dar un vuelta alrededor de su vida y regresar; ya que por la misma “subjetivad” del proceso en el que estamos inmersos se podría tomar como pretexto para muchas discusiones bizantinas que no nos llevarían a nada mas que a estar borrachos y discutiendo estupideces, y no es que sea malo o bueno; pero si es reiterar en puntos ya muy caducos y discutidos.
Hay puntos que creo que son más interesantes como por ejemplo el recurrir a las falacias mercantiles, y a los engaños objetivados y baratos que llamas fayuca.
¿Es el momento de decidir si nos unimos al engaño?
Tenemos las herramientas necesarias para poder engañar al espectador (sabemos como hacerlo) con las mismas propuestas baratas y de mala calidad que él consume en la calle.
Peros…, casi ninguno sola la valides que nuestras propuestas puedan tener al ser validadas por el arte mismo. Cosa que a nadie le interesa.
A favor, el poder hacer una critica objetivada de la relación de nuestra cultura con el consumo de basura, como ya lo he dicho antes una sociedad que se alimenta de basura ¿puede producir algo que no sea basura? Y para estar a la moda con mi comentario, me autocito y digo una sociedad corrupta, solo puede producir un arte corrupto.
¿Tenemos entonces sentadas las bases para poder partir hacia la objetivación, barata o no, de las propuestas? para con toda conciencia entregarnos a cualquiera de las aristas de nuestra propia realidad.
En lo que si estoy de acuerdo es en que ya sean baratas o no deben estar bien echas, horrendas o no deben tener una factura buena, para que las propuestas sean tomadas en serio (con esto no digo que sean hechas oro, sino que valgan oro), por que hasta la fayuca a primera vista se ve bien, ya en el fondo, pus la neta quien sabe, pero de entrada se ve bien.
Esto me lleva a pensar también, en que hay calidades de fayuca y piratería, no es lo mismo la bonita película pirata de $25, que la peli pirata de a $5. Por lo que puedo concluir que cuando pensamos que no podíamos caer mas bajo siempre se abre otra puerta que nos lleva a experimentar cosas peores o mejores, lo importante es ser concientes de eso, el saber por que estas escogiendo irte por ahí. “Nosotros no comprendemos lo que buscamos, buscamos comprender” [1]
Nótese el comprender, y creo que esta palabrita va mas lejos del simple echo de “razonar”, como de llevar todas nuestras vidas a la parte conciente de cerebro y que accione los peptidos necesarios para lograr un gran proceso mental, en extremo razonado y bla bla bla.
“Comprender: abarcar, rodear por todas partes, entender, percibir, encontrar justificados los actos o sentimientos de alguien”.
Implica más que la razón, implica el goce, implica el no goce, la desesperación y angustia etc.; para conocer tus necesidades, afinidades, y desventuras. Entonces si acceder a la producción de objetos que no estén subordinados a tus propias carencias o virtudes, en los que se rescaten las visiones totales de tu realidad, claro que suena a utopía y las utopías son inalcanzables, pero es un viaje que no tiene punto de llegada y creo fielmente que eso no es lo importante; lo importante sería rescatar el punto de partida y el sendero que se recorre o no se recorre.
Comprender el porque de nuestras acciones y reacciones, para poder avanzar. Reconocer nuestros valores y antivalores como individuos miembros de una comunidad, para poder criticarla en pro o en contra, en nuestro caso por medio de objetos bi o tridimensionales, que después se convierte en espejos como ya lo habíamos mencionado; y que lo que veamos en ese espejo no nos resulte aterrador.
[1] Cesar Baldaccini en Ruhrber,Karl./ SCN.. Arte del siglo XX, Alemania, Tashen , ¡998- 1999 840p.
Creo que el ser mexicano, implica cosas mas allá que solo las malas famas que corren y recorren el mundo, corro el riesgo de sonar nacionalista mal plan, pero tenemos en nuestro haber cultural cuestiones que están mas allá del solo ser fiesteros , albureros, y malinches consumidores de fayuca.
¿Cuales son esas virtudes? Esa es una cuestión que le corresponde a cada quien descubrir, después de dar un vuelta alrededor de su vida y regresar; ya que por la misma “subjetivad” del proceso en el que estamos inmersos se podría tomar como pretexto para muchas discusiones bizantinas que no nos llevarían a nada mas que a estar borrachos y discutiendo estupideces, y no es que sea malo o bueno; pero si es reiterar en puntos ya muy caducos y discutidos.
Hay puntos que creo que son más interesantes como por ejemplo el recurrir a las falacias mercantiles, y a los engaños objetivados y baratos que llamas fayuca.
¿Es el momento de decidir si nos unimos al engaño?
Tenemos las herramientas necesarias para poder engañar al espectador (sabemos como hacerlo) con las mismas propuestas baratas y de mala calidad que él consume en la calle.
Peros…, casi ninguno sola la valides que nuestras propuestas puedan tener al ser validadas por el arte mismo. Cosa que a nadie le interesa.
A favor, el poder hacer una critica objetivada de la relación de nuestra cultura con el consumo de basura, como ya lo he dicho antes una sociedad que se alimenta de basura ¿puede producir algo que no sea basura? Y para estar a la moda con mi comentario, me autocito y digo una sociedad corrupta, solo puede producir un arte corrupto.
¿Tenemos entonces sentadas las bases para poder partir hacia la objetivación, barata o no, de las propuestas? para con toda conciencia entregarnos a cualquiera de las aristas de nuestra propia realidad.
En lo que si estoy de acuerdo es en que ya sean baratas o no deben estar bien echas, horrendas o no deben tener una factura buena, para que las propuestas sean tomadas en serio (con esto no digo que sean hechas oro, sino que valgan oro), por que hasta la fayuca a primera vista se ve bien, ya en el fondo, pus la neta quien sabe, pero de entrada se ve bien.
Esto me lleva a pensar también, en que hay calidades de fayuca y piratería, no es lo mismo la bonita película pirata de $25, que la peli pirata de a $5. Por lo que puedo concluir que cuando pensamos que no podíamos caer mas bajo siempre se abre otra puerta que nos lleva a experimentar cosas peores o mejores, lo importante es ser concientes de eso, el saber por que estas escogiendo irte por ahí. “Nosotros no comprendemos lo que buscamos, buscamos comprender” [1]
Nótese el comprender, y creo que esta palabrita va mas lejos del simple echo de “razonar”, como de llevar todas nuestras vidas a la parte conciente de cerebro y que accione los peptidos necesarios para lograr un gran proceso mental, en extremo razonado y bla bla bla.
“Comprender: abarcar, rodear por todas partes, entender, percibir, encontrar justificados los actos o sentimientos de alguien”.
Implica más que la razón, implica el goce, implica el no goce, la desesperación y angustia etc.; para conocer tus necesidades, afinidades, y desventuras. Entonces si acceder a la producción de objetos que no estén subordinados a tus propias carencias o virtudes, en los que se rescaten las visiones totales de tu realidad, claro que suena a utopía y las utopías son inalcanzables, pero es un viaje que no tiene punto de llegada y creo fielmente que eso no es lo importante; lo importante sería rescatar el punto de partida y el sendero que se recorre o no se recorre.
Comprender el porque de nuestras acciones y reacciones, para poder avanzar. Reconocer nuestros valores y antivalores como individuos miembros de una comunidad, para poder criticarla en pro o en contra, en nuestro caso por medio de objetos bi o tridimensionales, que después se convierte en espejos como ya lo habíamos mencionado; y que lo que veamos en ese espejo no nos resulte aterrador.
[1] Cesar Baldaccini en Ruhrber,Karl./ SCN.. Arte del siglo XX, Alemania, Tashen , ¡998- 1999 840p.
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