Y cuantas veces recuerdo que jugaba; tener el mundo en mis manos…. Supongo que no soy la única que jugaba a eso… Escarbando en esos recuerdos me encuentro hoy, como una escultora que al diario se planta en el mundo , vivo en él , existo en él, y ocupo espacio en él . Quiero generar obras que me den la oportunidad de tener el mundo en mis manos presentar mi experiencia con un material recurrente en mi trabajo, como lo es la madera. Usando mis manos como pedestal; no para negarles el papel de hacedoras pero si para revalorarlas como la medida exacta de todas las cosas. El amor, el odio, la felicidad, y la tristeza; el blanco y el negro, vida y muerte deberían caber en mis manos. Mis manos han desbastado, tallado y lijado troncos; y es por ello que en este momento decido hacer obra que se pueda contener en ellas para volverse monumentales. Hablar de monumentalidad no refiere a los grandes espacios ; o ...